• Imagina que el barrio donde creciste, con sus pulperías, fiestas de callejón y vecinas que te prestaban azúcar, de pronto se llena de cafés orgánicos con nombres en inglés, alquileres en dólares y tiendas de yoga donde antes estaba la ferretería del Tata. A eso se le llama gentrificación, un proceso tan silencioso como contundente, que está transformando zonas enteras de Costa Rica… pero no necesariamente para bien.

  • En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental y social de nuestras acciones, la inversión en bienes raíces sostenibles emerge como una opción estratégica que combina rentabilidad financiera con un compromiso real con el planeta.

  • El turismo, tal como lo conocíamos, ha entrado en crisis. La saturación de destinos icónicos, la destrucción de ecosistemas y el agotamiento de culturas locales son consecuencias de un modelo extractivo disfrazado de placer. Frente a este panorama, emerge con fuerza una alternativa que no solo responde, sino que propone: el ecoturismo. Este enfoque no es un lujo boutique para viajeros de conciencia verde, sino un cambio estructural en la forma de movernos por el mundo.

  • En la era contemporánea, el turismo se ha transformado más allá de una simple actividad recreativa; se ha convertido en una fuerza capaz de influir profundamente en la conservación del planeta y en el bienestar de las comunidades. El ecoturismo, como una modalidad de viaje consciente y responsable, no solo permite a los viajeros conectarse

  • La inversión inmobiliaria ha sido históricamente una de las formas más estables de proteger y aumentar el patrimonio. Sin embargo, comprar una propiedad conlleva altos costos, trámites complejos y responsabilidades operativas que no todos están dispuestos a asumir. Por suerte, los fondos inmobiliarios ofrecen una alternativa atractiva, accesible y moderna para obtener exposición al mercado de bienes raíces sin necesidad de adquirir directamente un inmueble.